Cuenta la leyenda persa, que de las semillas que un ave dejó caer a los pies del Rey Djemchid, nacieron plantas que dieron abundantes frutos.
El jugo fermentado de los mismos fue bebido por la favorita del Soberano.
La mujer, que estaba enferma, se durmió profundamente bajo los efectos relajantes de la Bebida, quien al despertar se sintió curada y feliz. Entonces el Rey nombró al VINO “Darou é Shah o sea “el remedio del rey”.
La literatura clásica también ubicó al vino en un lugar de privilegio. Diversos escritores griegos y romanos dejaron huella escrita del proceso de vinificación en sus culturas, por ejemplo en la Iliada y la Odisea de Homero, la Historia Natural de Plinio y las Geográficas de Virgilio.
Por los Caminos del Vino ¡a saborear la vida!
Este recorrido, supone transitar, saborear y admirar las tonalidades, los sonidos y el sabor de los vinos argentinos y sus maridajes.
Si viaja a las provincias de Salta, Catamarca, Mendoza o San Juan, deténgase en esta propuesta turística que apuesta a bodegas con trayectoria y otras muy nuevas donde encontrar la hospitalidad necesaria para alojarse, almorzar, cenar y disfrutar la música del vino.
Salta, la linda, propone visitar el circuito turístico-temático que recorre en aproximadamente 200 km. la historia, el desarrollo y funcionamiento de la actividad vitivinícola de la Provincia. En los Valles Calchaquíes se encuentra la mayor producción de esta bebida reconocida en el mundo.
Cafayate, es la localidad que concentra el 70% de los viñedos del Valle, donde plantas de más de 100 años de antigüedad brindan cepas destacadas: Torrontés, Cabernet Sauvignon, Tannat, Syrah entre otras. El resultado de estas producciones son vinos cargados de pigmentos, muy profundos y oscuros en vista.
El Torrontés es una cepa autóctona de Argentina, resultado del cruzamiento natural de la Moscatel de Alejandría y la Criolla Chica. Con origen en el trabajo de los jesuitas, produce vinos de interesante carácter y estructura, muy perfumados y frutados.
Mendoza entre montañas y vides brinda lo buscado, aquello que cada visitante sueña al llegar. Embriagarse con sus paisajes y el sabor de sus vinos.
Bodegas para visitar, oasis vitivinícolas, degustaciones y la Fiesta Nacional de la Vendimia afianzada con fama internacional. A cada paso, la posibilidad de atrapar aromas y sabores excitantes y por demás placenteros.
Esta Provincia concentra el 70% de la producción de vinos y uvas de la Argentina y la mayor cantidad de bodegas.
El evento, conocido como “Festival Internacional Música Clásica por los Caminos del Vino” acerca a los artistas con la gente que disfruta espectáculos musicales de nivel.
El preciado Malbec ofrece la posibilidad de disfrutar la cata de los mejores vinos y varietales y las caminatas reconocidas como atractivos culturales. Las mismas forman parte del patrimonio mendocino y son representativas de la “divina bebida nacional”.
Catamarca también es vino y turismo, porque en el departamento Tinogasta, los espera Fiambalá, una parada significante en el circuito enológico de aromas y sabores.
Elixir de los dioses, satisfacción embelezante, el Camino del Vino encuentra un atajo en las distancias recorridas por territorio catamarqueño.
Además de termal y aventurera, esta localidad ofrece dos destacadas bodegas con vinos que han logrado premios internacionales. Deleitar a lugareños y visitantes con el producto de sus distinguidos cultivos es la propuesta.
Centro de oasis viñatero del norte del Río Guanchín-Abaucán, Fiambalá permite apreciar en todo el valle, extensas plantaciones de vides a partir de las cuales se elaboran exquisitos vinos regionales de exportación.
En San Juan, vinos artesanales con identidad familiar. “Colección Suero” es un emprendimiento familiar sanjuanino, nacido en 2006 de la mano de Roberto Suero y sus hijas Mayra y Belén.
Este emprendedor empezó fabricando vino casero, y llegó a generar un emprendimiento en el que trabaja junto a su familia. En 2009 pasó a la categoría de vino artesanal, logrando diversificar el producto en varietales.
La iniciativa, además, ofrece un vino rosado dulce, que se comercializa con la marca Criollo Argentino.
El mismo es fabricado por las hijas del fundador de esta bodega. La elaboración de los vinos es íntegramente artesanal, desde la selección de la uva, el despalillado, la molienda, la fermentación, el envasado, el etiquetado y el encorchado.
Al finalizar la cosecha y el acopio de uvas, Roberto comienza con la fabricación de vinos en una cámara de frío. A través de la misma se controla el proceso de fermentación frenándolo. Si se coloca el mosto (zumo de la uva) a cero grados, se evita la fermentación.
“Manipular el frío es clave, sobre todo en la elaboración de los varietales blanco. El estado de sanidad de la uva es esencial en la elaboración artesanal de vino. Esta condición se garantiza eligiendo cada racimo que se destina a la molienda.
Mientras más sana esté la uva, mejor va a ser el producto final”, afirma Roberto, con el orgullo de trabajar exitosamente junto a su familia.
Una fusión perfecta entre vino y música
Un estudio realizado por la Universidad Heriot Watt de Edimburgo confirma científicamente que la música influye en el sabor del vino. La teoría cognitiva establece que la música estimula las áreas específicas del cerebro.
Somos seres asociadores y nos encanta asociar melodías con momentos y fusionarlos con otras percepciones.
El vino encierra un conjunto de aromas, gustos y sensaciones que casi podemos tocar y también un universo sonoro. Según la investigación del psicólogo Adrian North, existe una música indicada para cada tipo de vino.
Según los sonidos que se escuchen en el momento de la cata, cambiará de un modo u otro el sabor y la percepción del vino. Por lo tanto ya podemos hablar de un nuevo concepto, el de “maridaje sonoro”.
Y si la idea es degustar un Cabernet Sauvignon lo mejor será acompañarlo con música fuerte y poderosa…¡ Eso dicen los que saben porque investigan! ¡Chin chin amigos!
A disfrutar el Turismo Enológico en nuestra admirable Argentina, un país donde los sabores de la tierra acompañan la belleza de sus paisajes, junto a la calidez de quienes reciben y agasajan a los visitantes.
Todos tus sentidos se ponen en alerta, la emoción comienza a tomar el control, los vinos de tu vida descansan en su botella. Allí te esperan tranquilos…
(*) Por Bettina Cucagna – Alta Dirección en Turismo Rural – Fauba –
E-mail: [email protected]