A partir del último informe semanal del Sistema de Información de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos (SIBER), se presenta una proyección del rendimiento por hectárea del maíz de primera que se estima muy inferior al de las campañas anteriores.
Éste valor proyectado y la correspondiente cotización del cultivo determinan el ingreso de los productores; si a su vez, se incorporan los costos de la producción es posible construir un cuadro de márgenes por hectárea que nos permitan analizar cuáles resultados económicos que se pueden presentar (no se incluyen costos de estructura de las empresas) en función de los niveles de producción proyectados.
A continuación se estiman las pérdidas económicas que enfrentan los productores para la campaña de maíz de primera 2022/23.
Por un lado 30.000 hectáreas sin cosechar significarán pérdidas por 22 millones de dólares, mientras que el resto de la superficie (390.000 ha) que se cosecharán, las pérdidas ascienden a 106 millones de dólares. Entre ambos conceptos se totalizan casi 130 millones de dólares. Esto equivale a casi 150 mil canastas básicas familiares, hoy en día (mediados de enero) representan 24 mil millones de pesos.
Panorama complejo
De ésta forma, suponiendo precios constantes, para que la actividad otorgue beneficios positivos para los productores, se debería obtener una producción por hectárea de más de 4.200 kg para campo arrendado y de 2.800 kg para campo propio.
Los valores obtenidos reflejan una situación promedio, buscando la representatividad a nivel provincial, pero en cada caso particular las situaciones pueden llegar a ser muy dispares, para ello se propone la siguiente figura, donde se plantea el cuadro de márgenes por hectárea para diferentes escenarios donde podrían oscilar los beneficios de los productores de este cultivo:
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Mejor escenario: se trata de un productor en campo propio con una producción de 5.000 kg/ha, de forma que sus ingresos superarían sus gastos de siembra y cosecha, arrojando beneficios brutos de casi 500 u$s/ha.
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Escenario probable: en base a las estimaciones del cultivo de 2.500 kg/ha y suponiendo que 30% se trata en campo propio y 70% se realiza en campo alquilado, los ingresos de la cosecha no son suficientes para enfrentar los costos de la actividad, arrojando pérdidas brutas de casi 300 u$s/ha.
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Peor escenario: cuando la superficie no se cosecha, estando en condición de alquiler, el productor sin ingresos habrá tenido que enfrentar los gastos de siembra y el arrendamiento, perfilando pérdidas brutas por más de 800 u$s/ha.
El ABC Rural