Mafia del caucho: así funciona el contrabando de neumáticos en la Argentina

Los valores de los neumáticos en el país son exorbitantes si se comparan con lo que cuestan en el exterior. Por eso son tan cotizados en el mercado informal.

Mafia del caucho

Las fronteras son porosas. Contrabando y narcotráfico son las principales luchas que las fuerzas federales deben emprender en ese sector de la vasta geografía argentina. Los neumáticos son la nueva vedette del paso ilegal de mercadería.

En los últimos tres meses la AFIP secuestró casi 6.500 ruedas por un valor estimado de $456.000.000; Policía Federal, en tanto, mensura las incautaciones en toneladas. Ya llevan 60 toneladas de gomas en el mismo período de tiempo con un último y resonante operativo en Misiones en el que se incautaron 800 cubiertas por un valor de 400 millones de pesos.

“La incautación aumentó considerablemente en los últimos tres meses y se explica por la paralización de las plantas, por el aumento de cautelares planteadas por las empresas para importar y sobre todo por el precio”, explica el titular de Aduana, Guillermo Michel.

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Durante cinco meses los obreros del neumático, agrupados en el gremio SUTNA, reclamaron mejoras salariales. El conflicto fue in crescendo y puso contra las cuerdas a las empresas Bridgestone, Fate y Pirelli.

La producción de neumáticos se paralizó y se desató una mini crisis en el gobierno nacional, que –a través del ministro de Economía, Sergio Massa- amenazó con abrir la importación. Finalmente, los trabajadores obtuvieron lo que reclamaban y todo volvió a la normalidad. Incluso los precios, más caros en el país que en cualquiera de los vecinos limítrofes.

Las cautelares buscan evitar la salida de dólares del Banco Central y son otorgadas a distintos importadores por la Justicia. En ese sentido, la Aduana revisó estas disposiciones y resolvió dar de baja a empresas que consideraba que presentaban planteos irregulares. En el top 5 de cautelares bloqueadas aparecen tres importadores de neumáticos por un total de $155.864.581. Pero esto significó también que las gomas no ingresen al país, al menos a través de estas empresas.

Más allá de cautelares y de conflictos sindicales, hay una certeza: los valores de los neumáticos en Argentina son exorbitantes si se comparan con lo que salen en el exterior. Por eso son tan cotizados en el mercado informal.

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En la frontera

Aguas Blancas es una localidad fronteriza que queda en Salta, a poco menos de 50 km. de la ciudad de Orán. Del otro lado, la ciudad boliviana de Bermejo. Allí circulan a diario miles de ciudadanos que van y vienen a través de la frontera. De allá para acá aprovechan los precios devaluados para realizar sus compras cotidianas y electrodomésticos. Los argentinos cruzan en pequeñas embarcaciones llamadas “chalanas” para comprar indumentaria y –básicamente- neumáticos.

La calle principal de Bermejo queda sobre el río homónimo y se llama Av. Barranquera. Allí se pueden ver locales de venta de cubiertas uno al lado del otro con sus productos apilados en la vereda. Los argentinos son bienvenidos para sentarse a negociar precios y formas de ingresarlas hacia Aguas Blancas.

Mafia del caucho

Venir aquí puede resultar tan conveniente que puede llegar a abaratar costos hasta cuatro veces. Es decir: se pueden cambiar las cuatro ruedas del auto por un valor por el cual en Argentina se cambiaría apenas una. Es usual ver compatriotas retornar al país con neumáticos colgados sobre los hombros. La alternativa es pagarle al “pasero”, por lo general un individuo joven que envuelve las ruedas en cinta aisladora y se arma paquetes de hasta 5 de ellos.

Las apoya sobre la cabeza y las ingresa al país a bordo de las chalanas. Por cada “bagayo” de 5 gomas encintadas, el pasero cobra 3 mil pesos. Según refieren, pueden pasar la cantidad de veces que la luz del día permita.

Según el censo de 2010, Aguas Blancas tiene 1.413 habitantes, pero ellos dicen que son 2 mil. En el pueblo hay cuatro gomerías abiertas, un promedio de 500 habitantes por gomería. Pero el secreto es que todos los visitantes que cargan las ruedas sobre su espalda las cambian antes de salir del pueblo. Nadie quiere cruzarse con Gendarmería en la ruta y perder la mercancía y el dinero. La prosperidad de las gomerías del pueblo es envidiable.

En Ciudad del Este

En Ciudad del Este los precios son similares: cada goma cuesta un cuarto de lo que vale en Argentina. En Iguazú los “promotores” de este servicio ayudan a saltarse las filas de Migranciones y, ante la mínima duda, a los argentinos le regalan alineación y balanceo. Y hasta ofrecen un servicio adicional: embadurnan los neumáticos con tierra blanca para que parezcan usadas.

El vecino país tiene un rol protagónico en el contrabando de neumáticos. “La mayoría de los neumáticos provienen de Paraguay y a la vez son importados desde China a precios más baratos”, informa Michel.

Quien certifica esta información es Gustavo Quevedo, Jefe de Delitos Federales de la PFA, que abunda: “No se puede definir la calidad de esos neumáticos ni su vencimiento ni el tiempo de acopio. Incluso hemos detectado ruedas chinas que en lugar de llamarse Goodyear se llaman Good y alguna otra terminación distinta para confundir. Los que compran no saben qué están llevando”.

El comisario a cargo de estos delitos también refiere que estamos en temporada alta de contrabando de esta mercadería y para eso hay una explicación: “Es claro, las familias se van de vacaciones y comienzan a revisar el estado de su auto”. También asegura que las rutas del contrabando de neumáticos es la misma que la de otras mercaderías e incluso que las del narco.

Según información oficial de la AFIP, las fronteras son el lugar por donde ingresan (ver gráfico pág 132) pero también hay que considerar las rutas de circulación posterior, los galpones donde “enfrían” la mercadería. Es un circuito que mueve millones de pesos.

El ingenio no descansa

La forma más usual para contrabandear ruedas desde el exterior es a través de encomiendas. Las pasan, las enfrían y luego se envían en encomiendas a los distintos puntos del país. Mientras que AFIP incauta en la frontera, la policía efectúa un seguimiento a todo este circuito posterior.

Pero el ingenio no tiene fin. Se han encontrado gomas disimuladas en camiones que transportan granos de cereal. Las imágenes son risibles: las autoridades dejan caer granos de trigo y van apareciendo los neumáticos. También se hallaron en camiones que trasladan madera. Cualquier lugar es bueno para esconder el contrabando.

Mafia del caucho
En un operativo de control en Villa María, Córdoba, fue detectado un camión procedente de Salta que pretendía ingresar de contrabando 117 neumáticos de origen extranjero escondido en una carga de granos.

“Lo más raro es que encontramos neumáticos dentro de otros neumáticos. Hemos hecho incautaciones de rodados en los que dentro de una goma venían 3 o 4 más sin presión de aire”, revela Michel. Quevedo brinda un dato que no es menor y que es desconocido: “Para meter una goma dentro de otra barretean el talón y esa goma ya no es la misma. A eso hay que sumarle que se desconoce quién las fabrica y dónde”.

Ante esta situación, nada mejor que la demostración empírica. En Pedro Goyena y Av. La Plata (a 1.730 km. de Aguas Blancas y 1.286 km. de Ciudad del Este) Jorge Cruz atiende su gomería desde hace más de 40 años. Revela que solo una vez se acercó un cliente para que le quiten una rueda que venía embutida dentro de otra. “Me dijo que quería vender el auto y que le quería cambiar las gomas para entregarlo bien”.

Tal como informó Quevedo, el gomero Cruz confirma que es imposible practicar esa forma de contrabando sin romper la malla de seguridad que tiene cada neumático. Explica que cada goma, además de estar compuesta por caucho, tiene hilos de metal para fortalecer la goma. Y dice que al hacer fuerza con las máquinas de la gomería o con alguna barreta ese mecanismo se vence.

Operativo en Concordia. (Foto AFIP/Aduana)

“Es un peligro que la mayoría de la gente desconoce. Si vos comprás una goma no sabés si tiene el talón en condiciones o si -por el contrario- está vencido o roto. La gente compra de buena fe y hay una certeza: más temprano que tarde esa goma se va a romper. Hay que rezar para que no se rompa con el auto andando”.

Ante la consulta de qué ocurrió cuando logró desmantelar la goma que venía escondida dentro de otra, sonrió. “Cuando volvió a la gomería el cliente ya vino con otro auto. Me dijo que había vendido el coche anterior con gomas nuevas”. (Nota especial extraída de newsweek.com.ar / Vía NA)

El ABC Rural