Lino, un cultivo que bien fertilizado es ideal para diversificar el campo

Ensayos realizados en el INTA Paraná, en la provincia de Entre Ríos, determinaron que no solo es importante la nutrición en el cultivo de lino, sino también la elección del cultivar. Aquí mostramos pautas de manejo agronómico para lograr los mejores resultados

Lino
Un informe de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos afirmó que en la provincia se sembraron al menos unas 12.200 hectáreas de lino, lo que significa un 45% de crecimiento interanual.

El lino es un cultivo con amplia tradición en la provincia de Entre Ríos. Sin embargo, en los últimos años, el área sembrada se redujo hasta llegar a las 15000 hectáreas. Todas distribuidas en los departamentos Tala, Nogoyá y La Paz. Históricamente, se trató de un cultivar con presencia en una basta zona productora de la Argentina. Este año, en la provincia entrerriana hubo un leve repunte.

Por esto, un equipo de especialistas del INTA Paraná evalúa el manejo agronómico y el mejoramiento genético del cultivo. En ese sentido, brinda recomendaciones para mejorar los resultados. Los investigadores evalúan el efecto de la fertilización con macronutrientes. Pero además con zinc en la producción de biomasa, el uso de la radiación y el rendimiento.

De acuerdo con Leonardo Coll, especialista en manejo de cultivos del INTA Paraná, “el rendimiento promedio de lino en Entre Ríos se encuentra estancado”. Según el investigador, eso ocurre por lo menos desde hace 20 años, variando generalmente entre 800 y 1200 kilos por hectárea”.

Buscan potenciarlo

En función de eso, durante 2017 y 2018 se realizaron dos experimentos en la Estación Experimental Agropecuaria del INTA en Paraná. Fue para evaluar tres cultivares del programa de mejoramiento de lino de INTA.

Los mismos fueron liberados en las últimas décadas y ofrecen un buen potencial de rendimiento y estabilidad en esa región productiva del país: Ceibal INTA, Curundú INTA y Caburé INTA.

El lino es un cultivo con amplia tradición en la provincia de Entre Ríos.

Los cultivares fueron evaluados bajo dos esquemas nutricionales contrastantes. Un esquema de alta nutrición con fertilizaciones tendientes a evitar deficiencias nutricionales que estén limitando el crecimiento; y otro de baja nutrición, más conservador.

La importancia de la fertilización

Asimismo, durante los ensayos trataron de evaluar el efecto de la fertilización con zinc, debido a que el lino es una de las especies altamente susceptibles a la deficiencia de zinc, que puede provocar una desaceleración o incluso detener el crecimiento.

Las plantas de lino adquieren un aspecto grisáceo y a partir de una altura de 5-10 centímetros, pueden aparecer manchas blanquecinas.

“Luego de dos años de experimentación, los resultados indicarían que mejorar la fertilización del cultivo es una herramienta de manejo fundamental para alcanzar altos rendimientos. En segundo plano quedaría la selección de cultivares de lino con mayor mérito genético”, expresó Coll.

“Si bien el rendimiento presentó valores muy contrastantes entre años, un año rindió 2400 kilos por hectárea y al otro 1330 –probablemente debido a la diferencia en el clima de cada año–, detectamos que la fertilización con zinc no produjo diferencias significativas en el rendimiento en ninguno de los cultivares evaluados en ninguno de los años”, explicó Coll.

La mejor temporada del lino

Según la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, en la comparativa histórica, el lino tuvo en la campaña 2022/23 su temporada más importante de los últimos seis años, y la tercera más grande desde el pico de 2014/15.

“La mayor parte del incremento de la superficie se basa en la demanda generada para el consumo humano, que en los últimos años ha ido ganando mercado”, dicen en la entidad.

Los especialistas marcaron que en la presente temporada los principales lugares de siembra fueron los departamentos de La Paz y Nogoyá, que suman el 31% del total.

El ABC Rural

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