Restauración de bosques. ¿Qué se sugiere hacer luego de un incendio?

Ante los incendios ocurridos en las sierras de Córdoba, como otros acontecidos a lo largo y ancho del país por la sequía extrema que vivimos, desde la organización Conservación de Suelos dialogaron con especialistas para conocer en detalle los problemas generados por el fuego y algunas recomendaciones en pos de la restauración de estos ambientes.

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Las nuevas fisonomías que se generan tras los incendios (por ejemplo, individuos más bajos y ramificados desde la base) alteran la dinámica del agua, la temperatura del suelo y la distribución del perfil de luz, con implicancias directas en la aparición de nuevos nichos de regeneración y promoción de cambios en la composición florística de las especies acompañantes.

La perturbación de los incendios en los bosques nativos, integrados por especies arbóreas, tiene un efecto notable sobre su composición y estructura. Un cambio que se activa con modificaciones en la arquitectura y que además trasciende a nivel del ecosistema.

En ese sentido, el ingeniero agrónomo José Omar Plevich, docente de la UNRC, explica que algunos de los impactos sobre el ambiente son graves.

“La pérdida de semillas y de la regeneración natural que estaba presente en los bosques (pequeñas plantas o brinzales), disminuye el potencial de restauración del bosque. Requiriéndose en algunos casos enriquecimientos mediante plantación”, expresó.

Por otra parte, hablo de la destrucción del hábitat de la fauna silvestre, que también es perjudicada por efecto del fuego.

“La disminución de la biodiversidad ocurre, pues subsisten las especies más resistentes al fuego. O aquellas que colonizan rápidamente los lugares quemados”, informó.

Destrucciones que preocupan

Se genera la destrucción del mantillo vegetal, la materia orgánica del suelo y parte de microflora y microfauna. Esto degrada este recurso al perder parte de su diversidad biológica.

Después de la primera lluvia se podrá observar que el rebrote pareciera ser instantáneo y con mucha fuerza.

“Hay concretos cambios en la composición del banco de semillas del suelo con pérdidas de especies e incorporación de otras integrantes de la matriz circundante al sitio quemado”, indicó el investigador.

Para el ingeniero Plevich “el propósito de la Restauración de los Bosques en el Paisaje (RBP) no es volver los paisajes con bosques a su estado prístino, aún si eso fuese posible. Se trata más bien de un enfoque progresista orientado a fortalecer la resistencia de la conservación de los bosques y mantener abiertas las opciones futuras”.

Evitar el pisoteo de la zona afectada

Evangelina Natale, Doctora en Ciencias Biológicas, docente de la UNRC e investigadora de ICBIA, explica que después de ocurrido un incendio la primera consideración es evitar el ingreso a esas zonas afectadas, “no pisar el suelo”.

Según la docente, esto se debe “porque es como una herida abierta que si uno la pisa no cicatriza la superficie y se va perdiendo lo poco que haya quedado de fertilidad, si es que ese incendio no llegó hasta las primeras capas del suelo”.

En este sentido, remarca la importancia de no permitir el ingreso de ganado en la zona afectada. Al menos por una temporada de lluvias (hasta mayo del siguiente año). “El grado de fragilidad que tiene el suelo por la ausencia de vegetación y el impacto de estos animales con su pisoteo hacen que se pierdan grandes cantidades de suelo”, dijo.

Considerar los tiempos de recuperación de la cobertura vegetal

Después de la primera lluvia se podrá observar que el rebrote pareciera ser instantáneo y con mucha fuerza, entonces se piensa que ya sanaron los efectos del incendio.

Desde la Universidad Nacional de Río Cuarto, el Conicet y el INTA se está trabajando en una propuesta para brindar información al respecto y que los productores sepan dónde plantar.

Pero, según explica Natale, lo que está rebrotando allí son las pasturas o las herbáceas, las que primero se recuperan. Esto no implica que se haya recuperado el sistema completo.

“Es sólo una respuesta de la vegetación a la entrada de agua y de supervivencia, porque necesitan inmediatamente fotosintetizar”, expresó.

Diversos profesionales especialistas en este tema recomiendan esperar unos tres o cuatro meses después de la primera lluvia para disminuir todo el impacto del fuego. Tanto en zonas de pastizales como en bosques, porque eso permitirá que la cobertura vegetal tenga una respuesta inmediata y después pueda recuperarse de una manera más a largo plazo.

El ABC Rural

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