El dato curioso -que explica el título de esta nota- es que de su pueblo natal, la localidad de Calchín, situada a unos 110 kilómetros al sureste de la capital de Córdoba, no solo salió un Campeón Mundial en Qatar, sino que también salen megafardos y pellets de alfalfa con destino a ese país, poniendo de relieve a esa comunidad de unos 3000 habitantes.
Por otro lado, la planta de Pellfood se dedica mayormente a los pellets de alfalfa, que es un producto diferente pero que también se usa para la alimentación animal. Esta planta también tiene las instalaciones listas para preparar contenedores con destino a la exportación, sobre todo en la región: Chile, Brasil, Panamá y Colombia.
En Argentina los núcleos productivos de alfalfa están en Córdoba, Santiago del Estero, San Luis y Bahía Blanca. “En lo que es alfalfa, la zona que mayor industria y experiencia tiene en cuanto a producto exportable es la de Calchín“, remarca Brigante y cuenta que se instaló una nueva planta en la zona de San Francisco.
La alfalfa que tiene como destino la exportación recibe un tratamiento diferenciado en el campo: “Sobre todo en el cultivo y la tecnología para hacer el corte de la alfalfa. Como Cámara trabajamos para ayudar a los productores a tener una mercadería de exportación.
De esta forma, los socios de la Cámara trabajan en forma de grupo exportador, ya que son contratos grandes que no puede abastecer un solo establecimiento.
Cómo se produce la alfalfa
En la zona, la alfalfa es uno de los cultivos que usan como rotación para el campo que puede tener maíz y soja. Este cultivo también es de verano: arranca en octubre y noviembre y van hasta abril/mayo. “Son seis meses los que la alfalfa está dentro del planteo, y durante ese período se puede cortar seis veces”. Es decir, una vez por mes la alfalfa crece y se hace el corte para enviar a planta.
El comercio global de alfalfa abarca unos 8 millones de toneladas al año, mientras que Argentina exporta unas 150 mil toneladas: “No llegamos ni al 1% que necesita el mundo. Un problema que tenemos es que no hay gran cantidad de alfalfa para exportar, la que se usa para la ganadería no tiene el mismo tratamiento y cuidado para la exportación”.
En la zona de Calchín se pueden encontrar unas 15.000 hectáreas de cultivos de buena calidad para armar la exportación. “Falta más, que se amplíen las áreas de cultivo con volumen para enfrentar el volumen de mercado externo”, agrega Brigante sobre la oportunidad para crecer.
Más rentable que la soja
La exportación de alfalfa a través de megafardos o pellets tiene 0% de retenciones, aunque llegó a tener un 12% hace poco tiempo atrás.
Como dato interesante, desde la Cámara resaltan que es una actividad muy rentable si uno la compara contra la soja: “La alfalfa tiene la ventaja de que se puede cortar seis veces. Quizás tengas la mala suerte de que una vez cayó piedra o la sequía te afectó. Pero tenés cinco opciones más, las oportunidades de corte generan un beneficio alto en la rentabilidad cuando haces los números”.
Desde la Cámara Argentina de la Alfalfa resaltan que se vieron afectados por la sequía, pero que el alto valor del fardo compensó parte de las pérdidas. Además, en Córdoba el clima no fue tan adverso como en Santa Fe o Buenos Aires. “La alfalfa no necesita mucha agua y la demanda es muy alta”, concluyó Brigante. (Fuente: Agrofy News)