En los alrededores de la localidad de Pavón Arriba, Departamento Constitución, 40 kilómetros al sur de Rosario, sobre la Ruta Provincial 18, el clima viene golpeando fuerte como en toda la región agrícola central, perjudicando no sólo a la producción agrícola y ganadera, sino también al durazno.
En esta zona, la producción comenzó a surgir alrededor de 1940, llegando a contar en los años 70 con 1.000 hectáreas, más de 550.000 árboles durazneros y más de 2.000.000 de cajones de 9 kilos por año. Por eso Pavón Arriba fue declarada “Capital Provincial del Durazno”.
Pero la modernidad, el avance de la soja y el crecimiento de la producción duraznera del Partido bonaerense de San Pedro, fue jugándole en contra al durazno de Pavón Arriba, y hoy solo cuatro las fincas con plantaciones familiares muy pequeñas, que totalizan unas 80 hectáreas.
De todas maneras, sin el auge de sus épocas de esplendor, la producción de duraznos sigue subsistiendo en el sur santafesino y tiene una significativa importancia para le economía de Pavón Arriba, debido a la gran cantidad de mano de obra que siempre demanda la fruticultura.
Muchas heladas, menos producción
Por eso este año la sequía y numerosas heladas que perjudicaron a la hacienda, cultivos invernales y siembra estival de primera, sumado a la intensa ola de calor de los últimos días de noviembre, con temperaturas que superaron los 40ºC, también viene siendo muy perjudicial, impactando negativamente en la producción duraznera.
En la zona, la cosecha de duraznos se realiza desde los primeros días de noviembre hasta enero, pero el daño en las plantaciones, sobre todo por heladas, disminuyó drásticamente la producción.
Así lo explicó, en diálogo con El ABC Rural, Mario Giurlani, quien desde hace 65 años produce duraznos en Pavón Arriba, y hoy trabaja 18 hectáreas, con un 50% de riego artificial, y el resto en secano.
“Nadie esperaba semejante desastre climático”
“Nadie esperaba semejante desastre climático, entre heladas, sequía y ola de calor, y lo peor es que continuará. Desde 1957 que soy productor de duraznos y nunca habíamos vivido una situación como ésta”, afirmó Giurlani.
“El principal problema que tuvimos fueron las heladas, que nos afectó más de un 70% de la producción, la más fuerte se presentó el 19 de agosto con -5ºC, justo cuando las variedades tempranas ya tenían fruto en desarrollo y las tardías estaban en plena floración”, explicó.
En consecuencia, el entrevistado, lamentó que “sólo quedó un 30% de producción, porque algunas variedades tardías estaban en pimpollos y pudieron salvarse de la helada”.
Por lo tanto, graficó que “hoy el galpón de empaque da lástima, porque estamos trabajando mucho menos días, con muy pocos duraznos y operarios, a diferencia de un año normal”.
Menor producción, mayores precios y altos costos
-¿Cómo afectó la calidad de lo que se pudo cosechar?
-Fue muy desapareja, hubo duraznos de buen tamaño, sobre todo de las plantas que tenían riego, y otros de bajo calibre.
-¿Los precios como se comportaron?
-Ante la menor oferta se incrementaron considerablemente, haciendo que para nosotros sea un poco más “llevadera” la situación, logrando recomenzar el faltante de producción y llegar al año que viene. Pero se afectó mucho el “bolsillo” del consumidor.
-¿Es muy costosa hoy la inversión en riego?
-Sí, y si bien en mi caso ya tengo los cabezales y bombas como para continuar la obra en el resto de la plantación, me faltan otros materiales y la mano de obra que es muy costosa. En general los costos de producción están muy elevados.
El ABC Rural