Según el INDEC, en el tercer trimestre 2018 las ventas de maquinaria agrícola cayeron en promedio un 43,5% respecto del mismo período 2017 (65% menos cosechadoras, menos 54% tractores, menos 19,2% sembradoras y menos 35,4% implementos); un combo peligroso para el sector de la maquinaria agrícola argentina (maquinaria con más del 60% de fabricación nacional). El año terminó con muchas empresas en situación dificultosa para pagar sueldos y aguinaldo (proceso de crisis), vacaciones prolongadas, inicio del año incierto, con menos días laborales y clausura de pedido a proveedores, algunos en caída en cascada, por corte de la cadena de pago.
En el mercado interno las ventas cayeron entre un 20 y un 60% según rubros, respecto al 2017 que fue récord. En promedio el primer trimestre 2018 fue normal con créditos de tasas subsidiadas de la banca oficial (BNA/BICE) y bancos privados, luego ocurrieron problemas de corridas cambiarias donde el crédito normal desapareció y los pocos disponibles con altas tasas de interés (la mayoría en dólar).
Factores negativos
En su informe, el ingeniero agrónomo M.Sc. Mario Bragachini, coordinador (Int.) del Programa Nacional Valor Agregado, Agroindustria y Bioenergía, indica que “las máquinas aumentaron sus precios siguiendo al dólar y los productores pecuarios (leche, carne, cerdo, pollo) atados al peso en un mercado interno deprimido no pudieron trasladar el precio de sus productos y perdieron capacidad de inversión; sumado a la falta de créditos accesibles desaparecieron del mercado de compra de máquinas.
“El otro gran comprador de máquinas (tractores, cosechadoras, pulverizadoras, sembradoras y equipos de forrajes) es el contratista rural, que también sufrió un año con menos toneladas cosechadas por sequía, pasó de 127 M/t en 2016/2017 a 100 M/t en la campaña 2017/2018. Sumado a eso, los créditos tomados para la compra de maquinaria son dolarizados y los servicios se cobran con un peso devaluado. Actualmente, desaparecieron como compradores de máquinas”, agrega el experto del INTA.
Al productor genuino y al arrendatario, ambos importantes compradores también, la sequía les quitó el 30% de la producción en promedio, lo cual representa entre el 60 y el 70% del margen de ganancia, quedando con muy baja capacidad de compra. Los productores de zonas privilegiadas de alto rendimiento por efecto de napa freática alta, presentan margen de inversión pero no alcanzan a compensar la caída del mercado general que con suerte puede llegar al 62% del año 2017.
Estos factores negativos se fueron acumulando meses tras meses hasta llegar a una situación límite de dificultad para mantener los puestos de trabajo, principal preocupación económica y social, con algunas cadenas de pago cortadas. La realidad del sector requiere de una intervención del Estado con un tratamiento en situación de emergencia para evitar un cierre en cadena de las empresas Pymes del sector con masivos despidos.
Visión optimista
Según el ingeniero Bragachini, la parte positiva está apoyada en el pronóstico agroclimático positivo para una cosecha récord 2018/2019 estimada en 130 M/t; en trigo no se cumplirá, pero será muy buena teniendo en cuenta el buen precio internacional del cereal.