Marcelo Arriola es consciente de la degradación que sufrieron muchos suelos en el país por la acción de un manejo equivocado. Sin embargo, comprende que hay que reinventarse y la posibilidad de reconstruir el sistema está a la vuelta de la esquina.
“Tenemos mucha información que dan cuenta del cambio que pueden sufrir los suelos”, sostiene el ingeniero agrónomo, miembro de la regional Pergamino-Colón de Aapresid.
En ese sentido, indica que los productores, dependiendo del manejo que realicen, “pueden mejorar o empeorar los suelos”. En diálogo con El ABC Rural, en el marco del reciente XXIX Congreso Aapresid, Arriola insistió en la necesidad de “aplicar manejos sustentables en los suelos con la finalidad de estabilizarlos para bien”.
“Con nuestro sistema de trabajo podemos influir en la salud de los suelos, indefectiblemente del tipo de suelo que estemos trabajando”, sostiene el profesional y productor agropecuario. Es decir que los suelos pueden comenzar a parecerse por manejo y no por sitio.
“Cuesta ver el siempre verde en el campo”
Para Arriola, es lamentable que cuando se circula en las rutas del país, el “siempre verde” cuesta encontrarlo en diferentes campos. “Todavía hay un vacío grande entre lo que dice la ciencia y lo que hace el productor. Hay muchos que no quieren salir de su zona de confort, pero es inevitable que pronto deberán hacerlo”, sostiene el asesor.
“Hay cantidad de trabajos que indican a las claras que el productor en su mayoría ganó dinero en los últimos años. Sin embargo, el que no ganó fue el suelo”
Primero se pensó en una siembra directa, luego en rotación de cultivos y después en fertilización balanceada. “Se trata de entender que el suelo tiene que estar siempre verde con una diversidad de especies leguminosas, gramíneas y crucíferas dentro del mismo sistema”, expresó Arriola.
En ese marco, dice que los productores están arraigados a un sistema, pero pronto, como ocurrió con el quiebre de la siembra convencional y directa, se darán cuenta de su importancia.
“Hay cantidad de trabajos que indican a las claras que el productor en su mayoría ganó dinero en los últimos años. Sin embargo, el que no ganó fue el suelo”, sentencia el entrevistado.
“Estamos en el tiempo de ser sustentables”
Para el ingeniero agrónomo es indudable que llegó la hora de aplicar prácticas de manejo que tengan a la sustentabilidad del sistema agrícola como bandera. “La idea es entender que se puede evitar el monocultivo y construir más suelo con intensificación y diversificación”, dice convencido.
Para el especialista, hay que trata de reconstruir suelos, revertir el proceso en el que se destruyeron en la época de labranza y de monocultivo, y para eso es necesario llevar conciencia.
“Con la siembra en verde, el cultivo crece, produce y muere, pero hay nacimientos continuos todo el tiempo. Es la manera que tenemos de parecernos a la vida humana”
“Debe haber intensificación, es decir, tener el campo verde más días del año durante los inviernos. Es más -agregó-, si se pudiera tener el campo cubierto con cultivos todo el año, sería mucho mejor”
Por ello, dice que a medida que se aumenta los tiempos de ocupación en el suelo con raíces vivas, “se logra cambiar” esa pendiente de caída del carbono de los suelos. “A medida que trabajamos nuestros suelos con la tendencia del siempre verde estamos condicionando fuertemente lo que va a ocurrir dentro de 10 años”, explica Arriola.
Siembra en verde
Según el ingeniero, con más diversificación de cultivos en el campo se puede mejorar el control de las malezas y se consigue mayor calidad e incorporación de materia orgánica.
Pero hay otro punto importante que resaltó: “Los ciclos agrícolas tienen como ciclos de cultivos. Es decir, los sembrás, crecen y se mueren. El punto sería evitar que haya pulsos de modo que cuando un cultivo esté muriendo, inmediatamente haya otro detrás naciendo, imitando el modelo de la Naturaleza lo más parecido posible”.
En ese sentido, marcó a la siembra en verde como un método a imitar. “La siembra en verde busca implantar un cultivo de maíz sobre otro cultivar de servicio con raíces vivas”, explicó. Con la siembra en verde, el cultivo crece, produce y muere, pero hay nacimientos continuos todo el tiempo. “Es la manera que tenemos de parecernos a la vida humana”, concluyó.
El ABC Rural
