Bajante del Paraná: al complejo agroexportador le cuesta 244 millones de US$

Es la consecuencia económica de la bajante del Paraná más severa de los últimos 50 años. Las lluvias de fines de abril no modifican la situación y continuará el descenso del río.

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Las pérdidas económicas son muy importantes por resentir la navegación y carga máxima de los buques y barcazas en las terminales portuarias del Gran Rosario, epicentro de la agroindustria argentina.

La bajante del Paraná a la altura del puerto de Rosario descendió hasta los 40 centímetros de profundidad, nivel del río que no se registraba desde hace casi 50 años.

Esta situación implica enormes problemas logísticos, de transporte y de industrialización, con un costo asociado de US$ 244 millones en el primer cuatrimestre de 2020.

Es por resentir la navegación y carga máxima de los buques y barcazas en las terminales portuarias del Gran Rosario, epicentro de la agroindustria argentina.

Importancia económica del complejo oleaginoso del Gran Rosario

Para comprender el peso que tiene una bajante extraordinaria del Río Paraná en el sector agroindustrial y, por ende, en la economía argentina, vale recordar que la región del Gran Rosario se destaca en nuestro país como polo industrial-exportador de granos y subproductos.

Este rol se ha visto potenciado desde la década del ’90 por una conjunción de factores naturales e inversiones humanas.

La vera del río Paraná ha sido tradicionalmente el epicentro de la ubicación de puertos graneleros, por su cercanía a la región más productiva para el cultivo de cereales y oleaginosas, la desembocadura en el Río de la Plata, y desde allí al Océano Atlántico, y las ventajas naturales de la barranca del río para facilitar la carga a granel.

Sobre ello, inversiones en dragado, logística, recursos humanos e infraestructura productiva terminaron de configurar el combo que potencia al Gran Rosario como principal polo industrial-exportador de la cadena agrícola.

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En la última semana, la altura del río en Rosario tuvo un fuerte descenso de 34 centímetros, para ubicarse al miércoles 22 en los 40 centímetros, el guarismo más bajo desde 1971, y sin antecedentes para el mes de abril desde que comienzan los registros en 1884.

Desde Timbúes a Arroyo Seco, en 70 Km hay 29 terminales

En la zona de influencia del Gran Rosario, detallada como los 70 Km de costa sobre el Río Paraná que van desde la localidad de Timbúes, al norte, hasta Arroyo Seco, al sur, se encuentran localizadas 29 terminales portuarias que operan distintos tipos de cargas.

De éstas, 19 despachan granos, aceites y subproductos y 12 tienen además plantas de molienda de oleaginosas anexados a sus terminales portuarias.

El complejo cuenta también con dos centrales termoeléctricas en Timbúes, dos terminales que operan fertilizantes, una terminal que despacha concentrados de cobre y oro, cinco terminales portuarias que operan petróleo y sus derivados, y una terminal multipropósito que opera contenedores, cargas generales y aceites.

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El Puerto de San Lorenzo es una de las 29 terminales portuarias que operan distintos tipos de cargas, en los 70 km de costa del complejo oleaginoso del Gran Rosario.

Los números del complejo oleaginoso número uno

En definitiva, este complejo agro-industrial exportador del Gran Rosario concentra el 80% de la capacidad teórica diaria de procesamiento de soja y girasol que tiene Argentina.

Además, desde estas terminales portuarias se despacharon en el año 2019 el 67% de los granos, el 96% de las harinas y el 93% de los aceites vegetales que exportó el país en el período.

Situación actual en el Puerto de Rosario

Semana a semana, la bajante del Paraná continúa agravándose por el déficit de lluvias hacia el norte de Argentina y en Brasil y, para peor, se espera que la situación empeore en el corto plazo.

En la última semana (a la fecha de este informe de la BCR), la altura del río en Rosario tuvo un fuerte descenso de 34 centímetros, para ubicarse al miércoles 22 de abril a las 00.00 hs en los 40 centímetros, el guarismo más bajo desde 1971, y sin antecedentes para el mes de abril desde que comienzan los registros en 1884.

Este nivel resulta, además, muy inferior al mínimo de 2,47 metros que tiene que registrarse a la altura de Rosario para que Hidrovía S.A. tenga la obligación de garantizar los 34 pies de calado.

Desde la última semana de febrero, que marcó un promedio de 2,65 metros, los promedios semanales de la altura del río Paraná vienen cayendo sin interrupción.

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Según el Instituto Nacional del Agua, se espera que el río continúe bajando, oscilando los 30 centímetros en la semana próxima, por lo que ya descarta la posibilidad de una normalización en la altura del Paraná en lo que resta del otoño.

Lluvias sin impacto y continuará la bajante

En la última semana de abril, solo se destacaron lluvias de alguna importancia sobre la cuenca media del río Paraguay, y sobre la cuenca misionero-paraguaya del río Paraná, sin alcanzar montos suficientes como para mejorar el cuadro general.

Por lo tanto, por ejemplo, tampoco tuvieron impacto los 45 milímetros de lluvias registrados en la zona de la ciudad de Santa Fe, donde el río se encuentra en 82 centímetros de profundidad, y los más de 100 milímetros registrados en Rosario.

Incluso, según el Instituto Nacional del Agua, se espera que el río continúe bajando, oscilando los 30 centímetros en la semana próxima, por lo que ya descarta la posibilidad de una normalización en la altura del Paraná en lo que resta del otoño.

Costos de transporte, logísticos, industrialización y operativos

Entre los principales problemas que la bajante del Paraná trae aparejados en relación a la logística de exportación, industrialización y operatividad, se destacan dos grandes costos generados por los buques.

Uno, ante la necesidad de ajustar el volumen de carga en el Gran Rosario y completar en otros puertos de la zona, y el otro el de los de menor porte que incurren en un falso flete, al no poder completar su máxima capacidad máxima de carga.

En definitiva, el transporte al exterior tiene el mismo costo, pero llevan menos mercadería por la bajante del Paraná. En promedio durante los últimos tres años ingresaron al Up River un total de 510 buques en el período que va de marzo a mayo.

En consecuencia, las pérdidas estimadas por falso flete y mayores costos de transporte/logísticos por completamiento en otros puertos para estos 510 buques que operarán en el Gran Rosario entre marzo y mayo del 2020 ascienden a 91,2 millones de dólares, sin perjuicio de incrementarse con otras erogaciones adicionales.

Fuente: BCR

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