Comenzó la primavera y con ella se pone en macha la siembra de todos los cultivos estivales. La siembra de pasturas en primavera se caracteriza por tener un rápido crecimiento aéreo con pocos macollos y escaso crecimiento radicular. Como consecuencia, y a diferencia de la siembra otoñal, existe un mayor riesgo de descalce por el animal en el primer aprovechamiento y una menor tolerancia al pastoreo.
El ingeniero agrónomo Jorge Zanettini, extensionista de la Agencia INTA 25 de Mayo, aborda la factibilidad de sembrar pasturas en primavera. “Si bien no es común hablar de siembra de pastura en esta época, es una práctica que se puede realizar correctamente con algunos recados a considerar”, expresó.
Las siembras de pasturas en primavera se realiza cuando por algún motivo, la implantación no fue posible en otoño. “Las actuales condiciones climáticas en la pradera pampeana indican que este podría ser un buen año para encarar la siembra de pasturas que no se llegaron a hacer en otoño por los problemas climáticos”, dice Zanettini.
“Sembrar lo más temprano posible”
Para el extensionista, es fundamental sembrar la pastura en primavera “lo más temprano posible”, una vez que los fríos más intensos ya se terminaron. Las temperaturas mínimas diarias comienzan a aumentar a fines de junio y a partir de julio, con los días alargándose, disminuye el riesgo de heladas fuertes.
Ahí comienza la fecha óptima para las labores y no conviene atrasarse más allá de mediados de septiembre para la zona norte y principios de octubre para el sur.
“A la hora de manejar las pasturas sembradas en primavera hay que saber que a diferencia de las implantadas en épocas tradicionales, tienen un rápido crecimiento aéreo con pocos macollos y escaso crecimiento radicular”, manifestó.
En base a este concepto, se define qué hacer con las malezas y el pastoreo. “Las pasturas al tener un rápido crecimiento aéreo y escaso desarrollo radicular, son más ineficiente en el manejo del agua en comparación con las malezas”, afirma Zannettini.
Las recomendaciones para la siembra
En este sentido, el especialista del INTA, sostiene que si hay una alta presencia de malezas en el lote, y se dificulta su control, “no hay que sembrar las pasturas en primavera” y extender la implantación al próximo otoño.
Respecto al pastoreo, este punto es fundamental para la persistencia de la pastura, especialmente con especies como festuca y pasto ovillo que van a llegar al verano con una muy pequeña raíz por lo que se debe cuidar de no sobrepastorear.
Las altas temperaturas del verano con suelo descubierto pueden matar muchas plantas. Por ello es importante dejar remanentes de 10 a 12 cm y comer solo si está asegurada la humedad del suelo para el rebrote
“Sugerimos que los primeros pastoreos sean lo menos intenso posible de mantener, de manera de asegurar un remanente que permita buena cobertura del suelo. Además de muy buena recuperación de la planta”, concluyó Zannettini.
El ABC Rural