Uno de los numerosos hechos delictivos que se vienen produciendo en la provincia de Santa Fe, tuvo lugar el miércoles 16 de noviembre durante un cvorte de luz en el campo familiar de Lorena Marengo, en la zona de Totoras. Es que la inseguridad rural es una preocupación importante para los productores agropecuarios santafesinos.
Seún publica Infobae, la familia tomó una decisión drástica: la casa en la que habían vivido más de dos generaciones de la familia de su esposo, fue convertida en una tapera. “Imposible soportar más robos, tras haber sufrido cinco en cuatro años, dijeron.
“Es difìcil lidiar con la inseguridad”
Marengo es fonoaudióloga pero desde hace un tiempo, con su familia, se hicieron cargo del campo. Como productora, admite que ni ella ni sus pares están lo suficientemente preparados para lidiar con la inseguridad: “Los productores somos muy fuertes en muchas cuestiones pero en esto, lamentablemente, empezamos a tomar experiencia y a preparar los campos para prevenir estos hechos”.
Al menos habla de los de su zona, que incluye no solo Totoras sino también otras localidades como Salto Grande y Colonia Medici.
Sí mantienen una relación cercana con “Los Pumas” -la Policía Rural de la provincia- y admiten que los conocen por su nombre y siempre les atienden el teléfono.
Sin embargo, remarca que -a pesar de la buena voluntad, que agradecen- la guardia rural cuenta con escasos recursos.
“Le pido al Gobierno provincial que les dé móviles, nuevas centrales y destacamentos para que puedan hacer base y estar más cerca, porque ocurre que cuando los llamamos, como se trata de distancias grandes, llegan tarde a asistir al productor víctima de delitos. Ahora hay mucha sequía, pero cuando llueve la transitabilidad por los caminos se les hace muy difícil y estamos desamparados. Hoy hacen mucho con poco”.
Una fiscalía para los delitos rurales y un destacamento para la Policía
Los vecinos también reclaman al Estado la creación de una Fiscalía de Delitos Rurales. Marengo explica que “antes el delito rural era algo aislado o puntual, ahora es mayor al delito urbano, si lo medimos en proporción de población”, y cuenta que su caso está en la Fiscalía de San Lorenzo y que cuenta con el teléfono de las oficinas; sin embargo, admite llamar tres o cuatro veces por día sin recibir respuestas.
Además de reclamar por recursos para la guardia rural santafesina y pedir la creación de una fiscalía de delitos rurales, Marengo se animó a hacer una propuesta concreta: envió una nota al Ministerio de Seguridad de la Provincia para ceder una esquina de su campo -que está en un cruce de rutas interesante- con acceso a electricidad y un tramo de asfalto hasta el ingreso.
¿El propósito? Montar ahí un destacamento, una garita o una oficina hecha con contenedores, para hacer una base más cercana a la zona donde se están haciendo frecuentes los hechos de inseguridad.
Todavía no obtuvo ninguna respuesta pero, por su tranquilidad y la de sus vecinos, espera poder poner su propiedad privada al servicio de las fuerzas locales. (Fuente: Infobae)
El ABC Rural