Fabricada desde el año 1959, la cosechadora Vassalli “El Mosquito” fue una creación de Roque Vassalli pensada para los pequeños productores agropecuarios de la Argentina. Si bien fue un modelo que no tuvo una gran cantidad de equipos fabricados, quedó en la retina de muchos amantes de las cosechadoras.
Uno de ellos es José María Barrale, quien restauró a nueva una Vassalli “El Mosquito” fabricada en el año 1960. “Vassalli decidió hacer esta máquina para productores pequeños y terrenos blandos. En ese mismo momento también salió a la venta el modelo “Pluma”, que era una máquina más chica aún, de color celeste, destinada principalmente a los semilleros para la cosecha de ensayos”, dijo el entrevistado en diálogo con El ABC Rural.
Barrale en ningún momento pudo dejar de esconder su emoción al recordar a don Roque Vassalli. “Fue un pionero en la reforma de cosechadoras. Los productores le llevaban las máquinas traccionadas con caballos y las convertía en autopropulsadas. Don Roque nación en Cañada de Ucle, donde montó su primer taller y luego se trasladó a Firmat, donde completó su imponente historia que aún sigue viva”, contó emocionado Barrale.
Tecnología nacional
La Vassalli El Mosquito contaba con un motor naftero IKA Continental de 6 cilindros, el mismo que traía de fábrica la Pick Up Estanciera. También algunas unidades, sufrieron la modificación hacia el motor diésel.
“El Mosquito hará roncha en el campo argentino: una joya de la mecánica agrícola al alcance del pequeño agricultor que ha llenado una necesidad en nuestro agro“, decían los folletos de la época que invitaban a comprar la máxima tecnología en cosecha.
En esta unidad, tanto el cilindro, como el batidor y las ruedas delanteras y traseras, montaban cojinetes para reducir la fricción y los movimientos con mandos sobre rodamientos. Se ofrecía con tracción simple y doble.
“Era una máquina que tenía cernidor y sacaba una mercadería de primera línea”, cuenta el entrevistado. Su sistema de limpieza y regulación de trilla para no romper los granos y eliminar impurezas era inédito por esos tiempos.
El amor por las máquinas
Barrale es oriundo de San Francisco, Córdoba y desde muy pequeño siente amor profundo por las maquinarias agrícolas. Ese sentimiento, lo llevó a escribir tres libros de historia sobre cosechadoras y tiene en su haber más de 14 mil folletos de herramientas que hicieron grande la historia argentina de la maquinaria agrícola.
Además, tiene en su museo personal 11 cosechadoras antiguas y restauró a nueva tres de ellas, entre las que se encuentra la Vassalli El Mosquito 1960. “Esta máquina se encuentra en el museo de María Grande en Entre Ríos, al igual que las otras 10 cosechadoras de mi propiedad”, contó el historiador.
La cosechadora llegó a las manos del restaurador de una forma muy particular. “Fuí al campo de unos abuelos productores de San Francisco a regalarle un libro de mi autoría en el año 2000 y ellos me la ofrecieron. Estaba descansando en un galpón hacía muchos años. No tenía dinero para comprarla pero los abuelos me la dieron a pagar en cómodas cuotas porque querían que yo la restaurara”, contó Barrale.
Restaurarla le llevó mucho tiempo y dinero. “Soy un hombre de laburo. No fue fácil desde lo económico dejarla como quedó. Pero el amor por esa familia de pioneros productores y mis ganas por revindicar la historia, hicieron que la pueda terminar”, manifestó con orgullo.
Desafíos cumplidos
El entrevistado cuenta que fue un gran desafío conseguir la pintura original de la Vassalli El Mosquito. “En mi casa la desarmé por completo, llevé a reparar el motor a un taller y luego comenzamos con el armado de la máquina. Lo más difícil fue conseguir la pintura original”, asegura Barrale.
Para lograr el objetivo, envió una pieza de la máquina a la fábrica Vassalli en Firmat y luego de varias investigaciones pudieron dar con el color. “Era un rojo Glidden que nunca lo había sentido nombrar. Es difícil conseguir el color original de las cosechadoras Vassalli de aquella época, porque no todas se pintaban con el mismo rojo”, explica.
Sin embargo, luego de un gran trabajo y con la ayuda de muchos colaboradores, “La Mosquito” volvió a nacer y en la actualidad es una de las cosechadoras restauradas más bellas del país, que fue presentada en público en el año 2010 en una importante exposición agrícola.
Consultado sobre el porqué de su decisión de restaurar cosechadoras, el oriundo de San Francisco fue contundente: “Lo hago por el amor que siento hacia las cosechadoras. Pero además porque creo que es injusto que una herramienta que tanto le brindó al campo argentino, termine tirada en un desarmadero para luego fundirse como hierro”, argumentó con lágrimas de emoción.
El ABC Rural