El banco de semillas del suelo es en las malezas la principal fuente de reinfestación por lo que evita su reposición es clave. Con el paso de la cosechadora hay dos procesos de dispersión de malezas: el ingreso de semillas nuevas al lote y la dispersión de semillas de individuos sobrevivientes. Así, el paso de la cosechadora puede echar por tierra todo el esfuerzo e inversión en controles químicos realizados durante la campaña.
En el 30° Congreso Aapresid, Ramón Gigón (Asesor privado) y Santiago Tourn (UNMDP) hablaron del control de malezas en este momento decisivo.
Gigón advierte que los relevamientos realizados durante la cosecha fina revelan que el 100% de las muestras obtenidas de diferentes partes de la cosechadora contenían semillas de maleza. Este valor es menor en la cosecha gruesa, donde la posición del cabezal dificulta la captura de semillas de malezas.
Existe hoy en el mercado accesorios para cosechadoras que facilitan la destrucción de semillas de malezas que ingresan a la máquina y contribuyen al control. Estos se conocen como “ destructores de semillas ”.
Aspectos importantes
Pero hay que tener en cuenta que la biología y las características de las malezas tienen implicaciones en la utilidad de estos destructores. Su eficiencia de impacto en el banco de semillas va a estar determinado por la dormancia de la maleza, el tipo de floración (determinada o indeterminada), y la dehiscencia de sus frutos.
Gigón explica que, por ejemplo, la eficacia de un destructor será mayor para el control de especies como nabón (Raphanus sativus) o raigrás (Lolium spp.) , que al ser indehiscentes conservan sus semillas en la planta pudiendo así ser levantadas y destruidas al ingresar en la maquina. Distinto es el caso de nabo o nabolsa (Brassica rapa) , cuyos frutos se abren y dejan caer las semillas al suelo.
Los rotores ‘piden cancha’
Por su parte, el ingeniero agrónomo Santiago Tourn habló de los rotores, uno de los accesorios de destrucción de semillas que hoy existen en el mercado. Tourn explica que el principio de funcionamiento – similar en los cuatro modelos hoy disponibles – consiste en un rotor y un estator fijo que genera impactos sobre el material de cosecha, originando roturas y fisuras en las semillas de malezas.
La tasa de mortalidad de las semillas que pasan por el rotor puede alcanzar el 95-98%. Sin embargo, su eficiencia de control varía entre 50 y 90% del total de malezas presentes en un lote, y esto depende de múltiples factores del cultivo, de la morfología de la maleza y de la práctica de cosecha en sí.
Sobre este último punto, hay que considerar variables como la altura de corte del cabezal. Por ejemplo, en maiz o girasol el cabezal corto por arriba y la mayoria de las semillas no ingresan a la maquina. Además debe haber un “sincronismo ” en la madurez del cultivo y la maleza a la hora de pasar la cosechadora.
Los destructores
Los cuatro tipos de destructores de semillas presentes , se pueden diferenciar según: potencia requerida y uso de combustible, compatibilidad con marcas de cosechadoras, costo, desparramado del material, entre otros. Otra diferencia es que cuanto más rompen el material, más polvo hay detrás de la máquina, y al acumularse en la cosechadora aumenta el riesgo de incendio .
Australia es uno de los países pioneros en estas herramientas, donde es parte de un manejo integrado para el control de raigrás resistente en trigo. A su vez, hay un desarrollo importante en Estados Unidos en romper semillas de Amaranthus durante la cosecha de soja. Sin embargo, sus realidades productivas diferentes de las de Argentina, lo que invita a pensar cómo estas nuevas tecnologías pueden interactuar en los sistemas de producción locales.
Según el especialista, en Argentina, donde cerca del 70% de las cosechadoras son de contratistas, y se desplazan en varias zonas para trabajar grandes extensiones de hectáreas, lo más factible es que la adopción comience por el productor que quiera aumentar las herramientas para poder hacer un mejor manejo de las malezas.
Experiencias locales en destructores de semillas
Los ‘punta de lanza’ en la incorporación de esta tecnología en territorio argentino fueron los investigadores y asesores de AX Consulting.
En uno de los informes realizados por la Red de Manejo de Plagas de Aapresid (Rem) incluye un diálogo con el especialista Julián Oliva, docente de la UCC y asesor privado en AX Consulting. La tecnología conocida como “destructor de semilla” se basa en un sistema de molinos de destrucción que giran a altísima velocidad (2800 a 3000 rpm). Así, cuando todo el material pasa por la cosechadora, estos rompen las semillas de las malezas objetivo (que por supuesto deben haber retenido sus semillas hasta ese momento). “Esto tiene un fuerte impacto en el banco de semillas”, detalló el especialista cordobés.
La primera experiencia local con estos destructores se realizó en un campo Pozo del Molle (Córdoba), sobre un cultivo de soja de 2700 Kg/Ha y con alta infestación de Amaranthus hybridus (yuyo colorado).
La eficacia de la primera experiencia
En un primer análisis después de la cosecha, los niveles de control estuvieron alrededor del 85%, estimado como % de semillas calificadas como “rotas” por la Bolsa de Cereales de Córdoba.
Los destructores de semillas de las cosechadoras, para nuestros bolsillos todavía están lejos, en Australia el "low cost" que es el Harrington seed destructor de la foto, rondaba los 70 a 80mil dólares. Pero seguro habrá un gringo local que se las ingenie para hacer uno parecido. pic.twitter.com/BlRpZRTw9i
— Fernando Oreja (@orejaf) March 6, 2021
También se evaluó la emergencia de malezas en la campaña siguiente, y se vio que en las parcelas donde se pasó el destructor de semillas durante la cosecha previa se redujo en un 80 o 90%la frecuencia de la maleza target.
Los cultivos donde la tecnología es aplicable son aquellos que se cosechan con cabezales de molinetes como soja, trigo y hasta sorgo, donde el volumen de ingreso a la cosechadora es total. “En cuanto a malezas, hay que considerar que esta herramienta controla a las especies que tienen semillas grandes y retenidas hasta la cosecha, como es el caso de yuyo colorado, sorgo de alepo, raigrás, entre otras”, concluyó Oliva.
Demanda de potencia
La demanda energética de esta herramienta es una de las principales dudas respecto a su adopción, siendo el consumo que indica el fabricante de 20 a 30 HP al encender los molinos.
Sin embargo, Oliva comentó que estos se pueden prender y apagar de acuerdo a la necesidad haciendo variable el consumo energético. Esta es una característica diferencial de este modelo con respecto a otros.
Está claro que estas herramientas vienen a complementar las ya conocidas en el manejo de malezas, en especial las resistentes, buscando la reducción del banco de semillas del suelo. Deben ser pensadas de forma combinada con tácticas culturales y químicas. (Aapresid)
El ABC Rural